Hablar el argentino

          Uno puede hablar un español perfecto, incluso sin el mínimo acento de su país de origen, al llegar por primera vez en Buenos Aires, nadie se va a equivocar. Todo el mundo se percatará de que no viene de “acá”, como dicen en vez de “aquí”. A lo mejor, van a pensar que viene de España, y ya es todo un elogio. Pero lógico: los europeos aprendemos el español de España. Los suramericanos en general, y los argentinos en particular, hablan el “castellano”. También lógico: era el idioma de los primeros colonos. Claro que los españoles también hablan el castellano, pero ya no es más que una forma de distinguir ese idioma de los demás idiomas regionales, como el catalán, el gallego o el asturiano. El castellano se volvió el idioma de todos los españoles. O sea, el español. Pero los suramericanos no son españoles. Así que ellos siguen hablando el castellano. Está claro además que castellano y español evolucionaron de manera bastante distinta. Hasta formar dos idiomas muy parecidos eso sí, pero al mismo tiempo muy distintos. No sé si me explico bien.

          En América influyeron en el idioma muchas aportaciones ajenas. Empezando, como es de suponer, por los pueblos originarios: incas, mayas, aztecas, pero también guaraníes, quechuas, aymaras, mapuches, pampas, etc… Y luego, todos los inmigrantes, sobre todo europeos. No sólo aportaron su propia cultura, sino también su manera de hablar, y su propio vocabulario.

          Argentina acogió al mundo entero, o poco menos. Europeos, africanos, asiáticos, por una parte, y otros americanos, luego, por otra parte. Los primeros llegaron sobre todo hasta el principio del siglo XX, los demás, sobre todo paraguayos, bolivianos, uruguayos, en la actualidad. El gran campeón de las migraciones “argentinas” es sin duda el italiano. Son los italianos, al fin y al cabo, quienes dejaron la huella más profunda en la cultura argentina. Hasta tal punto que muchas veces oí decir que “los argentinos son italianos hablando español”. O, hablando sólo de idiomas, que el castellano es un italiano disfrazado de español. No es por casualidad que el “Lunfardo”, esa jerga porteña, viene directamente del italiano napolitano.

Unos ejemplos de palabras en lunfardo – Foto DP

          Y parece una evidencia: los argentinos hablan en español, pero como lo haría un italiano. Mismo tono de voz, mismo lenguaje corporal, mismo volumen. Misma manera de insistir en las sílabas acentuadas, misma negativa a pronunciar correctamente las “z” y las “c” delante de los vocales. El argentino no habla con la lengua entre los dientes. Coser y cocer se pronuncian igual, lo que fastidia a los españoles. Otra diferencia, pero esta vez los españoles no se enfadan, sino que se ríen, es esta manera de pronunciar las “y” y las “ll”. Algo como la “x” en asturiano, casi una “ch”, como en “Xurde”, o en “Xavi”. Algo de que, desgraciadamente, este texto no puede dar cuenta.

          Sin hablar del vocabulario. Las particularidades americanas no contribuyen poco a la riqueza del diccionario español. Y es que hay muchas. Por ejemplo, una chaqueta española es un saco en Argentina. Una falda en Madrid es una pollera en Buenos Aires. No intente encontrar melocotones en un mercado argentino: sólo encontrará duraznos. Inútil pedir un billete de tren cuando sólo venden boletos. No quejarse del mal estado de las aceras porteñas: no hay más que veredas, de todas maneras. No protestar cuando el camarero le propone facturas para desayunar: se trata sólo de bollería. Bollería constituida de medialunas en vez de “croissants” sin duda demasiados franceses. Y al marcharse de la cafetería, no llamar al mozo con el tradicional “¿me cobras por favor?”, pedir la cuenta, sencillamente.

          Y sólo son unos ejemplos, claro. No pretendo tener una ciencia académica en este terreno, faltaría mucho. Mi nivel de castellano argentino todavía queda muy bajo. En Buenos Aires todo el mundo se daba cuenta de que no era más que un mero europeo hablando español. Bastante bien, eso sí, pero hablando el español de España, con un acento indefinible, aunque sin lugar a dudas no español.

          Lo más divertido ahora, al volver a Europa, es que mis amigos asturianos se burlan de mis confusiones. Fingiendo irritarse. Es que después de cuatro viajes a Argentina, y muchos, muchos más, a Asturias, ya no hablo español ni castellano, sino una pobre mezcla de los dos. Aunque no sé decidir si “pobre” o “rica”. Pero sí sé que me falta mucho todavía para saber manejar bien los dos idiomas en todas circunstancias. Sin mezclarlos.

Para ir más lejos :

Cómo hablan los argentinos : corto video de 3’41 sobre particularidades emblemáticas
https://www.youtube.com/watch?v=9U_HCP-FVSU

Lunfardo : cómo hablar el slang de los argentinos. Video de 8’25 animado por dos argentinas muy simpáticas. Se presenta como un pequeño diccionario de lunfardo.
https://www.youtube.com/watch?v=4p8SuPSMEx4

¿Puedes adivinar los acentos hispanos? Un poco de diversión (6’17)
https://www.youtube.com/watch?v=-hJgDufbBO0

¡Y estos videos sólo representan una parte de los que podrán encontrar en la red!

Sobre una pared en Salta – 2016 – Foto PV

2 réflexions sur « Hablar el argentino »

  1. Excelente nota!! Como nativa de Argentina y descendiente de abuelos italianos estoy muy de acuerdo con tu observación sobre cómo se habla castellano en mi pais. Es notoria la diferencia con el castellano español. S, C, Z suenan igual, como S; la Ll suele pronunciarse como Y , no marcamos diferencia entre B y, V sabiendo que la primera es labial y la segunda labidental. Pero en defensa de lo nuestro cabe aclarar que ese « problema » se da más en provincias como Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba donde se produjeron más migraciones italianas. (En mi ciudad, Rosario, es muy común aspirar la S final de los plurares) .
    Sin embargo en las provincias norteñas pronuncian muchísimo mejor, la Ll suena como tal, se utilizan correctamente las conjugaciones verbales porque hubo mayor influencia de la colonización española desde siglos XVIII y XIX.
    También existen fuertes influencias de comunidades de pueblos originarios.
    Otro tema son las « tonadas » o entonaciones de cada provincia. Creo que los campeones son los cordobeses, provincia mediterránea, con unas expresiones graciosas y contagiosas para quienes los visiten.
    ¡Gracias por amar nuestro terruño y hacer esas apreciaciones!
    ¡Excelente trabajo Patrick!

    1. Muchas gracias Alicia, por tu comentario y por enriquecer esta modesta nota con tus aclaraciones bienvenidas. Es importante subrayar las diferencias que existen también entre las provincias argentinas. El habla argentino no es uniforme. ¡Pero tan lindo desde Salta hasta la Tierra de fuego!

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